Sobre grabado electrolítico


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Para grabar con grabado electrolítico solo se necesita la electricidad y la disolución de una sal conductora del mismo metal que se va a grabar.

El proceso de grabado electrolítico tiene lugar en una cubeta con una disolución de sulfato de cobre, en el caso de grabar una plancha de cobre, y una fuente de alimentación de corriente continua. Una vez la plancha ha sido cubierta con un barniz protector y se han dibujado las líneas que van a ser grabadas, se sumerge la plancha en el tanque y se conecta al polo positivo de la fuente de alimentación, y separada varios centímetros del polo negativo, en el cual se ha conectado otra plancha de cobre. Cuando se hace pasar la corriente, el metal descubierto de la plancha dibujada se desplaza al polo negativo, resultando el metal corroído suficientemente como para retener la tinta y estamparse.

El grabado electrolítico es una técnica de grabado con electricidad que puede practicarse convenientemente y con seguridad en casa y sin necesidad de un equipo caro. Los sulfatos utilizados convenientemente son seguros y el proceso de grabado no genera gases tóxicos ni acumula residuos sobre el metal durante la grabación. La disolución de sulfato no se agota, pues es la electricidad quien graba. Y no utiliza las nocivas pulverizaciones de resina o asfalto para las aguatintas. Muchos y variados procesos de grabación proporciona esta técnica a demás de minimizar los riesgos para el grabador y el medio ambiente.


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© Alfonso Crujera 2014